Frío



Espeso mar omnipresente,
viciosa sensación de soledad
envolviéndome susurra amenazante
¿Dónde está su baile de libertad
y su inocente silueta vestida de tentación?

Ya no está, suspira mi alma,
corazón encadenado a quien ama,
aún niega su hostil cazador
cuando en sus garras sangra valor.

Fría cobija de invierno
eriza mi piel acostumbrada
a su ausente presencia turbada
y mis sueños en su aroma eterno.

¿Quién acostumbra desnudarse
al frío para a sí mismo encontrarse?
Su sonrisa inmortalizó el silencio
y su despedida acompañó la oscuridad
junto a la que
pienso.

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