La paranoía parecía apoderarse de él. Había presenciado y también actuado, esa mañana mientras iba en el bus del transporte público que lo llevaba a su trabajo como tres sujetos de aspecto desordenado, cabezas rapadas, mal gesto en su rostro y camisas flojas... todo lo que activava de presto su alarma de que algo malo puede suceder. Inquieto se quitó los audifonos de sus oidos, escuchar música electrónica mientras todos se empiezan a ver con rostros de preocupación y signos de nerviosismo, quizá no serviría de nada. Además quizá si de verdad eran lo que él pensaba que eran, irían directamente hacia él para quitarle el IPod.
Uno de los tres sujetos se sentó en el asiento detrás del suyo, los otros dos se sentaron en la parte de adelante, cerca del conductor. Inmediatamente se sintió mal, "Como una rata de laboratorio encerrada en su jaula nerviosa tratando de escapar de lo inevitable"
Quizá su instinto de rata lo había puesto a pensar en que podía hacer si sus sospechas eran las correctas: Tirar abajo del asiento de adelante su Blackberry y con su pie izquierdo moverlo para que no se lo quiten, ponerse de pie y pedir que el bus pare para bajarse, o simplemente resistirse. Quizá no sea tan fácil.
Ya no podía bajarse, ya no habían estaciones al menos por cuatro kilometros. Fue ahí cuando uno los dos se levantó y empezó a caminar hacia la parte de atrás mientras de su parecía acomodar un bulto que cubría sus jeans un poco flojos. El otro de adelanté se levantó mientras daba ordenes a todos que se mantuvieran en sus asientos. Gritando he insultando apuntaba a la cabeza de la señora que iba sentada junto a él, con un arma "Una pistola negra, que sé yo de armas, lo único que sé es que pueden quitarte la vida" Y con una mochila en su otra mano la obligaba a que metiera en ella su móvil y dinero.
Tras de él pudo darse cuenta sin mirar que el otro que se había puesto de pie, hacía lo mismo con los que iban sentados hasta atrás.
El bus seguía en marcha y el conductor seguía como si nada pasara, solo que no observaba lo que pasaba en el bus por su espejo retrovisor.
Pero justo cuando el de atrás iba terminaba de asaltar a quienes estaban en el otro asiento a su lado e iba a dirigirse hacia él, un hombre mayor, no tan viejo, como de unos 50 años de edad se avalanzó sobre este, tomandolo del brazo y cambiando la trayectoria de un disparo, que calló en el techo del bus, lo achicó y tiró hacia el suelo quitandole el arma. En ese momento sucedió el peor acto humano que he visto en mi vida: Detrás de mí el tercer sujeto que hasta entonces se había mantenido quieto, fingiendo ser un pasajero más, se puso de pie y sacaba de la cintura de su pantalon un arma "Quizá hubiera matado al hombre o talvez tan solo le iba a pegar con el arma para dejarlo inconciente, no importa, el caso es que lo atacaría por la espalda, hincado y mientras el hombre estaba hincado y desprevenido"
Tan solo hizo lo que en ese momento sentía hacer, quizá si hubiera tenido otros segundos más para pensar que hacer, no lo hubiera hecho. Se impulsó desde el suelo para saltar sobre quien apuntaba al hombre que resistía en el suelo con el maleante. El salto fue suficiente para tomar desiquilibrado al sujeto, estreyandose sobre la puerta cerrada de atrás del bus, pudo sentir ensima de aquel cuerpo, que mientras caía como su columna se quebraba contra los escalones de la puerta.
Todo pasó tan rápido en ese instantante en su mente se arrepintió por lo que había hecho, recordó que había un tercer asaltante armado en la parte de adelante del bus, seguramente todo para él terminaría aqui.
(Esto Continuará)
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