Todo este tiempo que he pasado sin escribir se me ha ido pensando que publicar... yo soy de los que se sienten comprometidos a publicar algo "digerible". Pero al final no escribo nada.
Conocí y dejé parte de mi en lugares de mi casa que no sabía lo bueno que tenían. Ahora tengo varios lugares favoritos para sentarme y pensar... no solo en el blog sino también en muchas otras cosas.
El efecto incesante del baño es relajante, la
cocina es para limar asperesas con los que quieres, la sala es para devanarte en
lo mundano de la vida y el dormitorio simplemente es para ti.
Pero uno de mis favoritos es el asiento junto a la ventana del bus. Un camino de una hora te hace aceptarlo lo quieras o no...
El éxito de que estos espacios ayuden a algo productivo depende (ni modo) de quien deje ahí algo de si gastando el tiempo en pensar.
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